Última etapa
Selección de Edward L. Ferman y Barry N. Malzberg
Bruguera
Final stage
1974
1976
Traducción de Ignacio Rived y José Luis Yarza

376 páginas
Ilustración de Scevola

Relatos que contiene:

  • Compramos gente - Frederik Pohl

  • Los exploradores del Voor - Paul Anderson

  • Grandes giras de evasión, S.A. - Kit Reed

  • Esquemas para tres narraciones enigmáticas - Brian Aldiss

  • ¿Qué es el hombre? - Isaac Asimov

  • Nosotros tres - Dean R. Koontz

  • Ratas espaciales del CCC - Harry Harrison

  • Viajes - Robert Silverberg

  • El maravilloso y polivalente transmógrafo - Barry N. Malzberg

  • El humo de su cuerpo se elevó para siempre - James Tiptree, Jr.

  • Algo para nosotros, temponautas - Philip K. Dick

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta es una curiosa antología de relatos que tiene como propósito intentar recoger en sus 376 páginas todos y cada uno de los grandes temas que la ciencia ficción ha podido tratar a lo largo de su ya dilatada historia. Por ello que el editor español, con sentido del humor, la subtitulase como la antología de ciencia ficción "definitiva", jugando con las connotaciones que tiene esta palabra. Desde luego que a nadie se le pasaría por la cabeza preparar una antología de ciencia ficción definitiva, sin comillas, en las que estuviesen lo mejor de lo mejor y después de la cual todo estaría ya de más (bueno, a nadie con dos dedos de frente, que corre cada editor por ahí que ya ya). Pero, como Ferman y Malzberg demuestran, sí que se puede ofrecer en un pequeño libro un abanico de los diferentes temas fundamentales que la ciencia ficción ha ido desarrollando, aunque haya omisiones bastante flagrantes como dejarse fuera la faceta de exploración sociológica que ha tenido siempre la ciencia ficción, y que ha producido obras del calibre de 1984, Mercaderes del espacio o Los desposeídos.

Última etapa además no es la típica antología que recoge relatos escritos en el pasado sino que parte de material realizado expresamente para ella, con lo que nos evitamos los típicos y tópicos relatos leídos una y otra vez en mil y un sitios. Incluso los editores ofrecen una perspectiva amplia del género, no limitándose a escritores de una sola cuerda y aglutinando diferentes formas de entender el género, desde los clásicos más clásicos como Asimov o Anderson hasta los nueva oleros más destacados como Silverberg o Aldiss. Por último, hay que tener en cuenta que la mayoría no se limita a dar una nueva vuelta de tuerca al tema ni a repetir los caminos trillados sino que, a su manera, ofrecen enfoques nuevos y resultan bastante refrescantes. Y el nivel, sin llegar al sobresaliente está rozando el notable y algunos de los relatos son muy recomendables.

Si tengo que quedarme con tres relatos, el primero que elegiría sería Ratas espaciales del CCC, un divertidísimo space opera de un Harry Harrison sacando a relucir su vena más satírico-salvaje con mejores resultados incluso que en su novela más recordada, Bill, héroe galáctico. Cierto es que resulta de lo más intrascendente pero ¿y lo que te ríes mientras lo lees?

En una línea completamente opuesta podemos encontrarnos con el relato de Tiptree, Jr. un espeluznante fresco que trata el tema de después del holocausto desde una perspectiva muy triste pero con una sensibilidad y un estilo de una belleza increíble. Además, como algunos de los autores seleccionados, opta por tratar únicamente lateralmente el tema asignado y, en este caso, salimos ganando ya que aquí no hay la tópica explosión que arrase con la humanidad entera. Como los versos de Elliot, partiendo del llanto y el lamento de las pérdidas sentimentales sufridas durante una vida, enlaza con la sensación de tristeza inmensa que sería el fin de todo lo que nos rodea. Es cierto que la prosa de Tipree no es fácil de leer y exige un esfuerzo, pero la recompensa que se obtiene al final es irrepetible, sobre todo porque además de interesar emociona, cosa nada común en un escritor de género.

El tercer relato que quiero mencionar es Viajes de Robert Silverberg, un viaje, valga la redundancia, en toda regla por una serie de realidades alternativas que meramente se esbozan y que podrían haber sido el origen de innumerables ucronías. Realmente sorprende cómo Silverberg en apenas 50 páginas es capaz de acumular tantas buenas ideas en contraposición a la mayoría de escritores que son incapaces de concretar una sola de ellas en más de 300 páginas.

También son muy estimables las obras de Dick y Aldiss, dos relatos que podrían ser los paradigmas de ambos escritores. El primero se despacha con una historia de viajeros en el tiempo bastante lejos de ser su mejor cuento pero que se deja leer con cierto agrado y en el que, como en la mayoría de sus obras, se vuelve a cuestionar la fragilidad del sentido de la realidad. Mientras, el segundo da rienda suelta a su talento para la experimentación en Esquema para tres narraciones enigmáticas, un cuento en la línea de Informe sobre probabilidad A, infinitamente más entretenido y en el que a partir de tres pequeños cuentos que son el mismo utiliza tres estilos completamente diferentes: la tragedia, el cuento y la comedia.

Otro clásico que firma una pieza aceptable es Frederik Pohl, aunque en este caso la historia tiene poco (o nada) de lo que pretende (no es una obra de primer contacto por mucho que se quiera encuadrar en ese tema) y está ligeramente lastrada por ser excesivamente deudora de un cuento de Silverberg bastante potente y que tenía por título Pasajeros.

Del resto de la antología se salvan el relato de Asimov sobre, como no podía ser de otra manera, el tema de la robótica, centrándose en las tres leyes enunciadas por el buen doctor, y Nosotros tres, la versión de Dean R. Koontz del clásico de Sturgeon Más que humano. Desde luego que Koontz palidece si se compara con el gran maestro de la extensión corta al que intenta "versionar" (por no utilizar una palabra más fuerte), pero también es cierto que a la hora de hacer legible un texto sabe desenvolverse. Eso sí, hay que estar preparados para la mayor concentración de líneas de diálogo por página de la historia de la literatura que transforman el cuento en una obra de teatro.

Merece la pena echarle un vistazo, sobre todo porque trata los clichés de siempre desde unas perspectivas muchas veces diferentes a las esperadas. Eso sí, hay que buscarla en las librerías de viejo que hace ya 25 años que salió a la luz.

© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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