En alas de la canción
Thomas M. Disch

Bibliópolis
On Wings of Song
1978
 Marzo de 2003
Traducción Luis García Prado
285 páginas
Portada de Manuel de los Galanes, Roberto Uriel y Alberto Cairo

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Recientemente me permití la "pequeña" recompensa de releer uno de los tebeos más relevantes que se han realizado nunca, Maus de Art Spiegelman, una incuestionable Obra Maestra acerca de la condición humana, la capacidad de supervivencia y nuestra memoria colectiva. Mientras estaba en ello no dejaba de cuestionarme sobre cómo redunda en la calidad de una obra la total implicación emocional de su autor, produciendo una amplificación y un refinamiento que terminan ofreciendo un resultado final más importante, con un alcance mayor, que si estuviese contando esa misma historia sin haberla vivido parcialmente. No se puede negar que la capacidad narrativa tiene mucho que ver en el resultado final y que por mucho que uno sienta algo, si no es capaz de plasmarlo en el papel convenientemente, no puede obtener un resultado satisfactorio. Pero cuando sí que se tiene esa habilidad...

Thomas M. Disch es uno de esos extraños casos en la ciencia ficción que ha dejado salir parte de su experiencia vital no ya en un libro aislado, cosa bastante común, sino en prácticamente todo lo que ha escrito. No obstante, en ningún sitio llegó al grado de compromiso personal que se puede apreciar en En alas de la canción que, a diferencia de sus anteriores libros, tiene una más que clara lectura autobiográfica que le permite rendir cuentas definitivamente con la mayoría de sus preocupaciones más acuciantes. Y quizás por ese grado de implicación esta novela destaca sobre el resto y se postula no sólo como su mejor novela sino también como una de las obras de madurez de la ciencia ficción.

Obviamente no es una autobiografía tal y como estamos habituados a entenderla. Cierto es que Disch ha mantenido sus ideas, el entorno en el que vivió y la mayoría de los eventos importantes de su vida. Sin embargo ha alterado gran parte de los detalles de manera que todo se encuentra debidamente enmascarado. Así, su alter ego Daniel Weinreb es un joven inocente y despreocupado que vive en una América profunda, empobrecida, al borde del colapso y dominada por una derecha religiosa que ha prohibido la música y el vuelo, un mecanismo relacionado con ella que permite que el alma de unos pocos afortunados pueda abandonar el cuerpo y alcanzar la trascendencia. Paulatinamente pasa a través de toda una serie de experiencias que en una mezcla de azar, necesidad interna y golpes externos, hacen que madure y se embarque en una búsqueda en pos de un objetivo para él inalcanzable.

En sí, En alas de la canción no es más que un agridulce viaje iniciático en el que el protagonista descubre cómo funciona el mundo que le rodea y sus limitaciones como ser humano. Pero detrás de esta apariencia tan trillada, forma y fondo están trabajados de manera exquisitas y todos los aspectos que deben conformar una gran narración están cuidados con esmero. Empezando por esa necesidad de volar que siente Daniel, motor interno que le llevará a lo largo de toda su vida, que sirve a Disch para hablar de sus temas favoritos, como son la religión, la trascendencia, el Arte y su creación o el sentimiento de alienación, la capacidad de adaptarse al medio, que ya había tratado en Campo de concentración o 334.

Los personajes son inolvidables. No sólo Daniel y el resto de los principales, sino muy especialmente todos los secundarios, cuyas historias personales, a pesar de ocupar muchas veces apenas dos páginas, son altamente emotivas. Esto ocurre, por ejemplo, con Bárbara Steiner, una doctora condenada por practicar abortos y que Daniel conoce cuando está en prisión, o con un policía amante del culturismo al que una crisis de suministro de alimentos impide recibir las proteínas que necesita para mantener el tono muscular de su cuerpo. A su vez, la ambientación es sencillamente insuperable. No sólo los contextos en los que sitúa a todo el mundo, como esa América surgida del paletismo religioso que padeció cuando era joven o una alta sociedad Neoyorquina que se ha vuelto loca por el bel canto, sino también lo bien integrados que están todos los elementos.

También, resulta inevitable hablar de su voz como narrador, que con las palabras justas, sin esconderse en barroquismos literarios, consigue crear belleza, no sólo en la descripción sino también en el desarrollo de los acontecimientos y los diálogos. Y hay que tener en cuenta que no está contando una historia agradable donde resulta más fácil lucirse. Disch lleva a sus personajes a momentos realmente duros y a comportamientos que les roban cualquier dignidad, pero con una inteligencia deliciosa plagada de una ironía a priori muy difícil de lograr, digna del mejor Vonnegut.

Por si esto fuera poco, esta versión en español, que ahora nos ofrece Bibliópolis después de 25 años de incomprensible olvido, goza de una de las traducciones más redondas que recuerdo haber leído en mucho tiempo y que roza la perfección. Por no hablar del aspecto externo, presidido por una portada hermosísima, o el interno, cuidado hasta el más pequeño detalle, como ese margen interno lo suficientemente amplio como para no tener que abrir demasiado el libro para leer los finales o comienzos de línea, que todo bibliófilo sabrá apreciar.

Todo esto, y muchas cosas que me callo para que sea el lector el que las descubra mientras lo lee, me sirven para decir que si sólo se tiene que leer un libro de ciencia ficción en la vida, que sea éste. Sé que es una frase un tanto grandilocuente que está hecha más para figurar en la portada de un libro que en una reseña un poco razonada como pretende ser ésta. Pero muy pocas veces está más ajustado a la realidad que con En alas de la canción. Un libro para leer, paladear, meditar y recomendar a todos los amantes de las buenas lecturas. Garantizado.

© Ignacio Illarregui Gárate 2003
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