Maus

Guión y dibujo Art Spiegelman
Planeta deAgostini
Maus: A survivor´s tale
1980 - 1991
Noviembre de 2001
Traducción Roberto Rodríguez
Grafismo y Rotulación: Beni Vázquez y Esteban Carmona
298 páginas
Ilustración Art Spiegelman

Si sólo piensas comprar un tebeo en toda tu vida que sea éste.

Sé que éste tipo de afirmaciones se suelen reservar para la contraportada de los libros o para la traca final de una reseña entusiasta, pero he decidido comenzar con ella porque estamos seguramente ante esa obra que cualquier aficionado al arte secuencial puede recomendar sin ningún tipo de miedo a cualquiera para que descubra que muchas veces son la mejor manera de contar una historia. Maus es la quintaesencia de la narrativa gráfica, un tebeo que aúna todas las cualidades que debe tener cualquiera para ser calificado como obra maestra, y que ha trascendido el ghetto del mundo del cómic, ganando un premio Pulitzer en el año 1992 (cosa que no ha vuelto a ocurrir desde entonces). Estamos ante una obra que ha sido capaz de romper las barreras y ha llegado al llamado gran público, cosa realmente difícil de conseguir ya que no estamos hablando de ninguna tira cómica o un tebeo destinado a un público eminentemente infantil o adolescente.

Maus es, como muy bien indica el título de la edición americana que se ha obviado en la traducción, la historia Vladek, superviviente del Holocausto y padre de Spiegelman, que a través de los diferentes capítulos en los que está dividido el tebeo va contando a su hijo la historia de su vida. Se inicia más o menos al comienzo de la década de los 30 en su Polonia natal, cuando conoce a Anja, la mujer que le va a acompañar gran parte de su vida, y termina con su llegada como emigrantes a los EEUU a comienzos de la década de los 50, centrándose fundamentalmente en los peores momentos de la ocupación nazi y el aniquilamiento de la mayor parte de los judíos que cayeron en sus manos.

Lo primero que llama la atención de Maus es que no estamos ante un tebeo meramente histórico. Spiegelman está interesado en reflejar muchas más cosas a parte del tema del que parte su motivación. La historia central está narrada como un gigantesco flashback que se va intercalando entre los sucesivos encuentros que van teniendo padre e hijo a lo largo de varios años. Vladek es un hombre uraño que, además de perder durante la guerra a toda su familia y a un hijo, ha perdido también a su mujer que se suicidó durante una de las muchas depresiones que sufría. Hábil negociante, excesivamente ahorrador, meticuloso, racista (a pesar de lo que ha sufrido en sus carnes) y terco, vive en una continua diatriba generacional con su hijo en la que predomina una incomprensión mutua. Este duro carácter (a veces desagradable) no es tanto el propio de Vladek como el que se ha forjado a modo de caparazón para superar el genocidio del que ha sido testigo y lo que ha ido dejando por el camino. A parte de este retrato costumbrista, es también una historia de amor, la que une a Vladek y su mujer Anja, que tienen que enfrentarse al infierno que se desata a su alrededor sin más ayuda que la que se pueden proporcionar ellos mismo, apoyándose en todo momento y siendo respectivamente para el otro la única razón que les hace salir adelante, su motivo para sobrevivir.

Maus es además un fiel testimonio del más grande genocidio que ha visto nunca la historia humana, un hecho para el que no existen calificativos y que provoca en el lector una tristeza extrema. Cuenta con pelos y señales cómo los nazis y gran parte de la sociedad centroeuropea de la época trataron a los judíos como si fuesen meros animales, confinándolos primero en los ghettos, despojándolos de todos sus bienes materiales, utilizándolos como esclavos, y cómo poco a poco los iban llevando al matadero para irlos asesinando rápida o lentamente, según fuese uno joven o viejo, útil o inútil, hombre o mujer, sano o enfermo. Afrontar esto es duro. El propio Spiegelman en un capítulo se muestra completamente superado por los hechos que quiere contar; el laberinto infrahumano de Auschwitz es algo tan horrible que narrar lo que le allí vivió su padre le parece una tarea imposible. Por ello trata de afrontarlo lejos de cualquier tipo de truculencia efectista (que en este caso para nada sería gratuita) y prefiere centrarse en el relato del superviviente que trata de preservar su humanidad y cordura en la antesala del infierno.

En Maus, todo esto toma la forma de una fábula cuyo tema central y moraleja giran en torno a la condición humana. Esta sensación se ve acentuada por la elección de Spiegelman a la hora de representar los personajes, al darles la forma de animales antropomórficos, estando representados los diversos colectivos como diferentes especies. Así los judíos aparecen como ratones (el Maus del título) y los alemanes como gatos, jugando con un simbolismo que lejos de resultar simplificador enriquece todavía más su lectura. Esto unido al grafismo deliberadamente sencillo del que hace uso, y que está dotado de una gran expresividad, convierten su lectura en algo intemporal que permanecerá vigente más allá del período en que fue concebida.

Sobre la versión que acaba de publicar Planeta hay que decir que presente un precio más que ajustado y está bastante cuidada, aunque se echa en falta algún tipo de introducción de la obra que no estamos ante un tebeo normal sino ante una de las más grandes obras que se han hecho nunca (parece mentira que se haga con ciertos tebeos de superhéroes y no con éste). La traducción es bastante buena, salvo una mancha bastante discutible que la desvirtúa en parte. Vladek habla con su hijo todo el rato en inglés y como es polaco no lo habla correctamente. Esto en el original se encontraba excelentemente captado (al fin y al cabo Spiegelman refleja conversaciones que tuvo con su padre). A la hora de hacer la versión a nuestro idioma y reflejar este defecto, el traductor ha optado una camino que es defendible pero que no suena nada natural. Por ejemplo se traduce el verbo ser como estar y el estar como el ser, cuando en inglés son el mismo verbo, to be. Eso hace que sus frases no suenen naturales y que todo parezca excesivamente forzado y artificial, cuando en el original no era así. Además de vez en cuando se cuelan errores en los pasajes que son de recuerdo, donde se supone que habla en polaco y no tiene que cometer errores.

Pero por encima de todo, Maus es una obra cuya lectura debería ser más necesaria que cualquier otra, ya que es la muestra idónea de que el ser humano, por mucho que se tenga así mismo como el más racional e inteligente de todos los animales, bajo ciertas circustancias y en momentos determinados es capaz de comportarse como el más vil de los seres; y cómo entonces los hombres normales se convierten en auténticos héroes y son capaces de afrontar las más grandes penurias y sufrimientos con el único fin de sobrevivir y contar lo ocurrido. Ya lo dije en mi primera frase:

Si sólo piensas comprar un tebeo en toda tu vida que sea éste.

© Ignacio Illarregui Gárate 2001
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