Novela de Andres Choz
José María Merino
Alfaguara
1976
1993
251 páginas
Ilustración
Paul Delvaux

Hace poco más de un año leí Cuentos del reino secreto, una colección de cuentos de José María Merino que llevaba rondando por casa un tiempo. Sentía curiosidad por conocer a uno de los autores españoles más importantes del último cuarto de siglo y que acostumbra a sumergirse en el fantástico. Además había sido seleccionado como uno de los fundamentales de fantasía de cYbErDaRk.NeT por alguien que tiene una aquilatada experiencia como lector, Arturo Villarrubia. Para este verano tenía preparada la lectura de algún libro suyo, pero al final he acabado leyendo uno imprevisto, esta Novela de Andrés Choz que paso a comentar a continuación.

 

La narración nos sitúa en los últimos meses de vida de Andrés Choz, un hombre maduro al que le han diagnosticado un cáncer terminal. Ante esta situación, y un distanciamiento con su hija, se recluye en un pueblo gallego a culminar uno de sus múltiples proyectos inacabados: una novela de ciencia ficción que comenzó varias décadas atrás. Mientras va escribiendo capítulos, vive el día a día del lugar, rememora su pasado, añora a su mujer fallecida, conoce a una pareja que ha ido allí a pasar el verano, rompe su autoimpuesto aislamiento,...

 

Merino aborda este entramado con un modus operandi que al lector neófito, como servidor, se le hace llamativo (supongo que para estupor de los más talluditos). El estilo supone una síntesis en la que en un corpus en presente en tercera persona se alternan pasajes en pasado, extractos de cartas, secuencias que parecen extraídas de una obra de teatro, párrafos en segunda persona, cambios en el personaje protagonista,... con absoluta naturalidad y sin perder el rumbo, circunstancia a destacar en un autor novel. Igualmente hay que remarcar un completo dominio del lenguaje que, aun pareciéndome en algunos momentos un tanto engolado y artificioso, deslumbra por su pasión, poder evocador y precisión. O la férrea voluntad de mantenerse en una extensión controlada; sólo hay que observar cómo se relata lo que ha sido la vida del protagonista, un vibrante y sucinto recorrido por su pasado que cuadra el círculo de las descripciones hechas con un mínimo de palabras.

 

En su interior anida la obra que escribe Andrés Choz, una historia de ciencia ficción que se desarrolla con engañosa sencillez y que me ha hecho recordar lo poco que he leído de Joan Perucho. Una metanovela que le debe mucho a la tradición del género (extraterrestre que viene a observar nuestro planeta) pero que, sin embargo, se aborda bajo un patrón que bebe de la historia y la literatura de nuestra España del siglo pasado, sin quedarse exclusivamente en la situación histórico-geográfica o la ideosincrasia de los personajes.

 

Como es de rigor, entre ficción y metaficción aparecen incontables reflejos que comunican ambos mundos y que indagan en el proceso creativo: cómo la vida del autor acaba permeando sus personajes y sus avatares vitales, la tendencia a recorrer caminos ya marcados, el relieve de la imaginación y la fabulación, la importancia del retorno a los orígenes (visible también en Cuentos del reino secreto) y la memoria, la maleabilidad de esta última,...; o en la contradictora naturaleza humana, que observa y denota comportamientos reprobables para después caer en ellos; o en las múltiples caras de la identidad; o en la débil pátina que supone nuestra civilización y la facilidad con la que se desprende;... Todo esto desde una aparente simplicidad que estimula la búsqueda y la reflexión.

 

Una obra rica e intensa que se hace necesario descubrir. Sobre todo si se es lector de género.

© Ignacio Illarregui Gárate 2005
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