Endymion
Dan Simmons
VIB
Endymion
1995
Marzo de 2000
Traducción Carlos Gardinni

641 páginas

No se puede negar que Hyperion fue El Libro de ciencia ficción de la década de los 90, ni que Dan Simmons se ganó con él el derecho a entrar en el panteón de los grandes autores del género de todos los tiempos. Porque tanto es novela como su continuación, La caída de Hyperion, son dos de los hitos de referencia dentro de la CF.

Para el que los desconozca le recomiendo que se desconecte en este momento de Internet, salga corriendo hacia una librería y busque las ediciones de bolsillo que VIB publicó hace unos años. Ambos libros forman una soberbia y ecléctica historia que mezcla hábilmente todo tipo de géneros y estilos, desde el terror existencial hasta la novela hard boiled, suponiendo además una completa renovación del space opera, que andaba por aquellos tiempos bastante de capa caída al otro lado del charco (cosa que no ocurría en Gran Bretaña, donde un escritor llamado Iain M. Banks rompía moldes con los libros de la Cultura. Pero estoy divagando). Es cierto que los dos libros pueden intimidar debido a las 1200 páginas que tienen entre ambos, pero nadie debe asustarse del tamaño porque todas y cada una de sus palabras resultan, por una vez en los últimos tiempos, necesarias. No hay ni páginas de relleno, ni escenas hinchadas, ni personajes sobredimensionados, ni ostias en vinagre. Sólo una historia contada en el espacio que era necesario utilizar.

Cinco años después de haber conquistado la gloria y viendo que sus siguientes novelas no funcionaban tan bien como quisiera (la verdad es que eran más que mediocres) Simmons optó por el camino fácil, retornó a la gallina de los huevos de oro y, lamentablemente, en su intento de sacar algo donde ya no quedaba, se la cargó. Porque en Endymion poco o nada queda de la genialidad de los verdaderos cantos.

En principio se puede comprender que un escritor vuelva al universo imaginario de su creación, contando otras narraciones que compartan un mismo telón de fondo, buscando una cohesión en toda su obra, tal y como hizo Heinlein con su Historias del futuro o lleva haciendo 35 años Ursula K. Le Guin con su universo Hain. Lo que no se puede justificar de ninguna manera es que un escritor que ha dado por terminada una narración vuelva a ella simple y llanamente por motivos monetarios. Los dos primeros libros formaban un todo cerrado, sin cabos sueltos, donde todo estaba atado y bien atado. Y lo que ha hecho Simmons es coger un cuchillo, rasgar el tapiz que hábilmente había tejido y ponerse a atar de nuevo cada uno de los hilos que ha soltado, utilizando un nuevo diseño.

Endymion no es que sea un bodrio infumable. Simmons tiene oficio y sabe construir historias amenas, muy aventureras, y que exprimen al máximo el glorioso escenario que preparó para su obra cumbre. Pero le sobran la mitad de las páginas (soy muy generoso), los dos personajes que capitalizan la narración son realmente infames (la niña, además de odiosa, me recuerda a los chistes en los que Calvin se hacía llamar El Predestinado) y la mayoría de los momentos supuestamente climáticos son cuanto menos previsibles. Lo que eleva el tono es la aparición de el Padre De Soya, un personaje con más enjundia, repleto de dudas, que resulta lo más atractivo de toda la historia.

Por esto, pienso que Endymion es sólo recomendable para fans irredentos de los dos primeros libros, con mucho estómago y facilidad para perdonar las tomaduras de pelo. Yo me he arrepentido un poco de haberlo leído.

© Ignacio Illarregui Gárate 2000
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